En las últimas décadas, el conocimiento y la comunicación (en tanto herramienta para expandirlo) han tomado una importancia capital convirtiéndose en la base sobre la cual se asienta la sociedad actual. Paralelamente, la imagen -en cualquiera de sus aspectos- se ha afianzado como una forma directa del campo comunicativo. Y así como hablamos de la sociedad agrícola o industrial o tecnológica, hoy nos referimos a la sociedad actual como la del conocimiento, la comunicación y la imagen. De hecho, toda imagen es comunicación aún cuando se la limite en los parámetros del hedonismo, espectáculo y consumo; parámetros que siguen los lineamientos de las macrotendencias sociales, políticas y económicas de la actualidad.
Una de las acepciones de la palabra imagen es la representación mental de una figura o cosa. Estará tamizada por códigos de percepción, de valoración y de percepción simbólica de la realidad ya que entre la imagen de la realidad y lo que conocemos de ella hay una realimentación constante. Y siempre aquello percibido sólo será una parte del todo real.
La imagen personal cumple con estas características: tiene valor de mensaje comunicando Yo soy esto ; y se convierte en un proceso productor de significaciones, no solo en el momento de la emisión, sino también de la recepción, a partir de la interpretación de la realidad concreta. Para llegar a esta lectura utilizamos la capacidad de percepción. Toda la historia de la humanidad está signada por esta capacidad de percepción. Sin embargo, en la sociedad actual, el mismo individuo participa y percibe, simultáneamente, de una variedad enorme de escalas de la realidad. Pensemos, simplemente, en los ámbitos en que se mueve cada uno de nosotros: el individual, el familiar, el grupal, local, regional...hasta llegar al global. Hoy, por primera vez y gracias a la tecnología, estamos conectados con cualquier parte de la tierra. Pulsando una tecla, internet nos lleva a donde queramos ir. Esta diversidad presupone no sólo un refinamiento en la capacidad de percepción sino también en la necesidad de mantener una imagen personal coherente. Porque el mismo individuo que a las 8 de la mañana hace jogging por los bosques de Palermo, horas despuès participa en un almuerzo de trabajo en plena city, cena en familia y al día siguiente puede estar recorriendo el MoMa en Nueva York. Se modifica la imagen personal del individuo ante el cambio de contexto y circunstancia? En condiciones normales, no.
La IP es un todo compuesto por un elemento endógeno y otra exógeno. Su núcleo -llamado estilo- abarca aspectos de la personalidad, la imagen corporal (la percepción del propio cuerpo que puede sufrir alteraciones), la forma de hablar en tanto lingüística y para lingüística (tono de voz, ritmo, etc.), la gestualidad, el uso del espacio, la forma de moverse, entre otros. El elemento externo comprende desde la masa corporal, hasta la indumentaria, corte de pelo, combinaciones de color, maquillaje, olor corporal, entre otros. Pero toda imagen estará limitado por dos factores: el ideal estético vigente y la moda.
El estilo y la moda tienen en común el hecho de ser comunicadores aùn cuando son dos formas de lenguaje diferentes. Mientras el estilo enfatiza la individualidad del Yo soy, la moda es un síntoma de las necesidades sociales. Mientras el estilo es un modo de expresión básico y distintivo que representa la cualidad expresiva de la personalidad y su unidad de conducta frente al mundo real, la moda es un fenómeno masivo como resultado de factores estéticos, psicológicos y sociales enmarcados por el deseo de lo nuevo y, en su sentido más puro, por la transgresión. Rompe con pautas reconocidas y aceptadas (pensemos en las diferentes tribus urbanas comenzando por los rockers). Pero es rápidamente absorbida por los medios de comunicación que la instalan en un status quo efímero, en cuanto temporalidad, pero de gran poder de impacto. Esta masificación hace desaparecer las diferencias o características individuales. El círculo fenónemo social-trasgresión-masificación se reedita una y otra vez.
Lipovetsky (filósofo que estudia la posmodernidad y la moda) califica a la sociedad actual de sociedad moda. Y remarca su paradoja:"...en ella existe simultáneamente la masificación y la individualización. La sociedad de consumo es vista como una máquina de masificación, anonimato y conformismo generalizado. Sin embargo, vive la `segunda` revolución individualista en el hedonismo, el culto al cuerpo, a lo psicológico y a la autonomía".
Este es el resultado de la coexistencia de dos culturas: la industrial, basada en la producción seriada, y la cibernética, que se asienta sobre la personalización.
Hoy, la moda ha perdido parte de su carácter trangresor. Se encuentra en un desorientada tregua reeditando un brillante pasado . Pero esto suele suceder en épocas de transición.
Imagen Personal, tal cual se la conoce hoy, nace del marketing social. Las investigaciones de la gestalt -una rama de la psicología- sobre comunicación no verbal aportaron el material sobre el cual se asienta una buena parte de la IP. Y a partir de 1990 comienza a ser relevante. El asesor de imagen personal debe asistir a personas confundidas respecto a su estilo e imagen corporal o a individuos que sienten la necesidad de mejorar su forma de comunicar a nivel laboral. A nivel marketing, cada vez son más las empresas que ven la necesidad de dar una imagen coherente en sus puntos de venta.
Éticamente, la IP parte de la premisa de no modificar un yo veraz con el seguimiento a ultranza de la moda. Su objetivo es ayudarlo a expresarse libremente. en todo su potencial Nuestra imagen no debe ir en contra de lo que realmente somos a riesgo de parecer incoherentes o poco veraces. Toda imagen personal se asienta sobre la necesidad de autoestima y de valorarse como un ser único y especial.
Extracto de la disertación de Claudia Abal en la AAD (Asociación Argentina de Dermatología), 03/12/2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario